Entre ciclos y recuerdos

 

Hace 21 años, cuando yo era un niño, en casa llegó nuestra primera lavadora, nuestra lavadora LG. No fue un evento grande ni algo que se celebrara, pero yo lo recuerdo como si hubiera sido una gran novedad. Era un electrodoméstico que no habíamos tenido nunca antes, y de repente apareció allí, en la cocina, ocupando un espacio que hasta ese momento estaba vacío. Todos en casa se sentían algo emocionados, aunque más por lo práctico que por lo que significaba tener una lavadora nueva.

 

Yo no entendía mucho sobre la importancia de una lavadora, pero lo que sí me sorprendió fue ver cómo algo tan grande podía hacer algo tan simple como… lavar ropa. Era curioso ver cómo la ropa giraba dentro, como si la máquina estuviera haciendo magia. Recuerdo que me quedaba mirando como daba vueltas, preguntándome cómo podía hacer todo eso con solo apretar un botón. Era como un pequeño truco de la vida cotidiana.

 

Lo que más recuerdo de esos primeros días, al principio, no era ni la lavadora en sí ni su funcionamiento, sino el ambiente que creó. Después de que llegó, todo en casa parecía más... fácil. Había menos estrés, menos apuro, y más tiempo para sentarnos a conversar después de la comida o para hacer otras cosas que antes eran un lujo. Parecía algo tan sencillo, pero yo, siendo tan pequeño, lo sentía como un pequeño cambio en la rutina, algo que hacía la vida un poco más buena.

 

Hoy, con el paso del tiempo, cuando pienso en esos primeros días con la lavadora, me vienen a la cabeza momentos simples, como el sonido del aparato en el fondo mientras jugábamos cerca de la cocina. Es raro, pero algo tan cotidiano se queda grabado en la memoria. En ese entonces no lo sabía, pero hoy, lo miro con nostalgia, me doy cuenta de que esos pequeños cambios fueron los que marcaron la diferencia, hoy a la distancia me doy cuenta de lo importante que había sido.

 

La lavadora LG, aunque no era de otro mundo, representaba de alguna forma, un paso hacia adelante, un cambio en la vida, con los años, se fue transformando en un símbolo de cómo las cosas pueden mejorar y simplificarse, incluso en los aspectos más sencillos de la vida.

Historias infinitas

Esta es una de las tantas historias que nuestros consumidores nos han compartido a través del tiempo, con quienes hemos construido juntos nuestros caminos.

Relatos como este nos motivan a continuar innovando, asumiendo la responsabilidad de ser parte de los hogares de miles de chilenos, que nos han apoyado desde nuestros inicios hasta el día de hoy. ¡Gracias, Chile!