El futuro es imparable. Existen tecnologías emergentes cuyas posibilidades hacen inevitable un rápido y constante crecimiento. La IA y el internet de las cosas protagonizan un proceso de transformación global llamado a crear un nuevo paradigma.
Los profesionales de la arquitectura y el resto de las disciplinas edificativas son conscientes de que esta evolución de las máquinas los beneficia. Sus proyectos resultan —y resultarán aún más muy pronto— optimizados y más rentables.
Las previsiones iniciales, respecto a la IA, planteaban dos posibles escenarios de futuro para estas disciplinas:
Se mejoran y afinan las formas tradicionales de trabajar gracias al pensamiento evolucionado de las máquinas.
Se desplazan y modifican los procedimientos de trabajo habituales, que quedan desfasados y, enseguida, superados. Como consecuencia de ello, los ingenieros, los constructores y los arquitectos han de evolucionar y adaptar su trabajo.
Esta segunda alternativa es —ya resulta evidente— la que nos espera. Así, si eres un especialista en estos campos debes evolucionar y actualizarte. Tendrás que desenvolverte de otro modo, tus tareas experimentarán un cambio significativo.
Fíjate en estos ejemplos de presente y de futuro:
Un sistema CAD genera millares de versiones de un diseño arquitectónico hasta cumplir múltiples finalidades u objetivos. El experto va añadiendo condicionantes, atributos y rasgos deseados mientras la tecnología aporta y recomienda las mejores alternativas.
La IA comprueba y valida la estética arquitectónica de un edificio, o cualquier otro parámetro, en solo unos segundos.
El big data pone a tu disposición una base informativa, inagotable y muy inspiradora, con diseños y proyectos de éxito.